domingo, 12 de diciembre de 2010


Diciembre conmueve
a los ojos tambaleantes que fluyen
cercanos a escaparates, centros comerciales
cafeterías envueltas de un ruido incesante de tazas,
y quizás humo que se distrae en pieles ajenas.

Se observa un remolino de palabras, bullicio,
conversaciones que se marchan a destiempo
cuando las opiniones se quedan a mitad de camino
entre los labios y la puerta de salida.

No queda más que masticar la soledad
de quien se entrega al frío.
Cuando vuelves y te marchas
no hago más que caminar en dirección prohibida.

6 comentarios:

  1. no queda más que masticar la soledad... muy buena frase. guti - saludos

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  2. ¡hola!

    que maravilla de blog teneis creado...

    os he conocido por medio de una amiga, ya que su hija forma parte de esta juventud tan interesante que hay por el campo de gibraltar...
    yo estoy este curso ahi trabajando en un cole...

    os seguire leyendo y visitando

    enhorabuena

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  3. Os encontré en la calle casualmente, la parada que hice para leeros fue un respiro...me gusta lo que hacéis.

    Un saludo,
    Carolina.

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  4. aki de nuevo el chico de la sierra

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  5. estupenda iniciativa, bonita idea eso de pintar paredes con versos, además sois buenos, seguid así

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