Disculpen la ausencia, aunque no todas las ausencias son negativas. En todo este tiempo, he echado a correr sin destino alguno, me he saltado semáforos en rojo, no he tomado peajes personales ni puentes que crearán caminos más cercanos, he vivido a destiempo como casi siempre, pero esta ausencia ha sido enriquecedora.
El corazón se partió en gajos y más tarde en hebras, pero todo vuelve al camino con o sin peajes, con o sin puentes, a tiempo o a destiempo he vuelto y estoy aquí para lanzarme de nuevo a la vida, a la existencia o a la ausencia devastadora. La vida es así. He vuelto aunque los poemas nunca se fueron...
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